La
humanidad ha realizado a lo largo de su historia diversos juegos de pelota,
desde la Antigüedad. Se conoce que este entretenimiento existía tanto en
la cultura del Mar Mediterráneo como en América. El hallazgo más
antiguo y revelador se remonta a un relieve de la Antigua Grecia (400
a. C.), donde un hombre domina una pelota sobre su muslo. Este deporte era
el episkyros, que se jugaba con una pelota de cuero pintada con colores
brillantes y dos equipos de 12 a 14 jugadores. La FIFA lo reconoció
como una de las formas más antiguas del actual balompié.
Más tarde, en Roma, el mismo recibió el nombre de harpastum.
En
Europa, ya a finales de la Edad Media y siglos posteriores, se
desarrollaron en las islas británicas y zonas aledañas distintos
juegos de equipo, a los cuales se los conocía como códigos de fútbol.
Estos códigos se fueron unificando con el paso del tiempo, pero fue en la
segunda mitad del siglo XVII cuando se dieron las primeras grandes
unificaciones del fútbol, que más tarde dieron origen al fútbol de rugby,
al fútbol americano, al fútbol australiano y al deporte que hoy
se conoce en gran parte del mundo como fútbol a secas.
En otras
zonas del mundo también se practicaban juegos en los que una pelota era
impulsada con los pies. Entre ellas pueden mencionarse las Reducciones
Jesuíticas de la zona guaraní, más específicamente en la de San
Ignacio Miní en el siglo XVII, en la región que ahora se conoce como Misiones.
El jesuita español José Manuel Peramás escribió en su libro De vita et
moribus tredecim virorum paraguaycorum: «Solían también jugar con un balón,
que, aún siendo de goma llena, era tan ligero y rápido que, cada vez que lo
golpeaban, seguía rebotando algún tiempo, sin pararse, impulsado por su propio
peso. No lanzaban la pelota con la mano, como nosotros, sino con la parte
superior del pie desnudo, pasándola y recibiéndola con gran agilidad y
precisión». “Sí, los Guaraníes jugaban un juego de pelota con los pies. Lo
describe el padre jesuita José Cardiel, en el libro Las misiones del
Paraguay” (Madrid, Historia 16, 1989, p. 135): Los Guaraníes no juegan a
la pelota como nosotros con la mano, sino que la envían y la vuelven a recibir
con la parte superior del pie descalzo con gran rapidez y mucha destreza” (José
Manuel Peramás, Platón y los Guaraníes. Asunción, CEPAG, 2004, p.
97).
Los
primeros códigos británicos se caracterizaban por tener pocas reglas
y por su extrema violencia. Uno de los más populares fue el fútbol de
carnaval. Por dicha razón el fútbol de carnaval fue prohibido en
Inglaterra por decreto del rey Eduardo III y permaneció prohibido
durante 500 años. El fútbol de carnaval no fue el
único código de la época; de hecho existieron otros códigos más organizados,
menos violentos e incluso que se desarrollaron fuera de las islas británicas.
Uno de los juegos más conocidos fue el calcio florentino, originario de la
ciudad de Florencia (Italia). Este deporte influenció en varios
aspectos al fútbol actual, no solo por sus reglas, sino también por el ambiente
de fiesta en que se jugaban estos encuentros.
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